Fuente: Zara
El ballet está de moda y más si se lo propone Amancio Ortega. Zara ha lanzado una línea de ropa de ballet para niñas para la temporada de otoño 2019 con la que invita a bailar sin límites, a disfrutar de la música, a que los papás matriculen a sus pequeñas a clases extraescolares de baile desde los 4 y 5 años. No me puede gustar más.
Sin embargo, seguimos comprobando que detrás de lo ñoño y bello, de la delicadeza, del postureo y la estética efímera de tules y zapatillas con citas, la danza en España continúa siendo “la más pobre y relegada de las artes, dejada de la mano de las circunstancias más adversas”. En España no hay tradición de ballet, ni se da valor a la música y la danza en los colegios, quizás esté por venir. “La danza tiene sus propios héroes, los que arman su historia y aportan su dibujo tanto en el espacio teatral como en la vida”.
Víctor Ullate, bailarín, coreógrafo y maestro es uno de estos héroes. Es leyenda viva de la danza en España. Maestro de la generación de bailarines más importante de todos los tiempos y que actualmente desempeñan su actividad como creadores o directores de los ballets más prestigiosos del mundo, ejemplos de tenacidad, esfuerzo, disciplina e interpretación. Entre muchos, Joaquín de Luz, director de la Compañía Nacional de Danza en nuestro país; Tamara Rojo, directora del English National Ballet de Londres; Igor Yebra; Lucía Lacarra…y un largo etcétera. Parece mentira que Londres o París retengan nuestro talento, como en muchos otros oficios.
El pasado miércoles, 2 de octubre, Ullate comunicó el cierre de su compañía por “inviabilidad económica”. Sea por falta de ayudas extraordinarias, subvenciones o mala gestión del propio ballet, no podemos/deberíamos dejar que sucediese. No dejemos morir tantos años de esfuerzo, éxitos de público y crítica. No dejemos caer parte de la marca España, de la que tanto se habla, con los mejores creadores y bailarines, sólo reconocidos en otros países de Europa e incluso del mundo.
Quién haya visto Samsara, quien haya soñado con los 32 fouttés de Tamara Rojo en el papel de Kitri de Don Quijote, tiene que reivindicar el patrimonio inmaterial de la danza en España, para que continúe siendo referente aquí y fuera, y siga escribiendo versos en el escenario, conmoviendo con la narrativa del alma y la plasticidad del cuerpo.